Las microexpresiones son gestos que expresan las 7
expresiones faciales universales teorizadas en los años 70 por el psicólogo
norteamericano Paul Ekman. Las 7 expresiones universales son: ira, miedo,
sorpresa, tristeza, alegría, desprecio y asco.
Por
definición, las microexpresiones faciales filtran las emociones que las
personas no quieren que los demás sepan que están sintiendo. A veces, incluso
la persona que muestra esta reacción no es consciente de la emoción que se está
filtrando. Si nos entrenamos en esta práctica de captar micreoexpresiones nos
permitirá ‘aprovechar’ esta información oculta de los demás. Si un sospechoso
está sorprendido más de un segundo, su sorpresa no es real, es fingida y por lo
tanto miente.
Ojos
Mira fijamente, sin pestañear
Cuando
alguien miente es común que rompa el contacto visual. Sin embargo, el mentiroso
podría hacer un esfuerzo adicional por mantener el contacto visual en un
intento de controlar la conversación y manipular a su interlocutor.
Los ojos fijos
En
algún momento te habrás topado con alguien que sabías que mentía… y que se
esforzaba ridículamente por no establecer contacto visual alguno. Quizás se
quedaba viendo una grieta en el techo, o quizás una piedrita en el piso… pero
nunca volteaba a verte. Lo más probable es que no tuviese un argumento, sino
que más bien se empeñara una y otra vez en negar su participación o
conocimiento de la acusación. En este caso, la certeza de que está mintiendo es
aún mayor.
Frotarse los ojos.
Es
una señal bastante fiable de que existe un problema. Cuando no se quiere ver
algo desagradable lo normal es frotarse el ojo. Si la mentira es aplastante,
los hombres se frotan con fuerza los ojos, y si es más grande, apartan la
vista. Las mujeres suelen acariciarse el ojo.
Boca
Se le dificulta hablar
Si alguna vez ves un
interrogatorio en video de un sospechoso que sí es culpable, te darás cuenta de
que se le dificulta hablar cada vez más. Esto se debe a que, en momentos de
estrés, el sistema nervioso disminuye el flujo de saliva, lo que seca las
membranas mucosas de la boca. Otros signos a tener en cuenta incluyen morder el
labio de forma repentina o fruncir los labios.
Da demasiada información
Cuando alguien habla y
habla y proporciona demasiada información –con detalles que no son requeridos–
existe una posibilidad alta de que no esté diciendo la verdad. Con frecuencia,
los mentirosos hablan mucho porque esperan que, al mostrarse abiertos a
conversar, otros crean en ellos.
Se toca o cubre la boca
Una señal delatora es
ponerse las manos sobre la boca. Esto sucede de forma automática, cuando una
persona no quiere enfrentar un problema o responder una pregunta. Cuando
alguien coloca sus manos sobre sus labios, significa que no quiere revelarlo
todo, o que simplemente no quiere decir la verdad. Está, literalmente,
obstaculizando la comunicación.
Repite palabras o frases
Esto sucede porque te
está tratando de convencer, a ti y a ella misma, de algo que está diciendo.
Busca validar la mentira en su mente. Por ejemplo, podría repetir “yo no…” una
y otra vez. Asimismo, la repetición es una manera de ganar tiempo en lo que
intentar recopilar sus pensamientos.
¿Cambia algo en su voz?
El tono de voz agudo,
así como un mayor volumen y velocidad del habla, van asociados generalmente a
emociones de temor, rabia y quizás excitación o entusiasmo. El patrón contrario
se produce con el sentimiento de tristeza y, tal vez, el de culpa.
¿Se ha quedado helado con su sonrisa?
Una expresión facial que dure más de 5
segundos es sospechosa de ser fingida. Y si el gesto aparece con posterioridad
a las palabras, y no al mismo tiempo o con anterioridad, es probablemente una
emoción fingida. Un ejemplo claro dado por Ekman: una persona grita “¡me tienes
harto!”, y entonces, después, su gesto cambia. Algo no cuadra, ¿verdad?
Compresión de labios.
Se suele producir
cuando algo negativo está sucediendo (un juicio, por ejemplo).
Taparse la boca.
Si, mientras habla,
mantiene este gesto, quiere decir que podría estar mintiendo. Si se tapa la
boca mientras escucha al interlocutor podría dar a entender que piensa que está
ocultando algo.
Nariz
Tocarse la
nariz.
Cuando se miente se
liberan las catecolaminas, sustancias químicas que provocan la inflamación del
tejido interno de la nariz, y con ello el picor.
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